Closson El círculo interior de Cristo es una examinación de la gente más cerca a Cristo, sus discípulos y apóstoles.
El círculo interior de Cristo — Don Closson
Don Closson se desempeñó como Director de Administración y asociado de investigación con Probe durante 26 años, hasta que ocupó un puesto con el mismo título en los Centros de Capacitación Basada en la Iglesia (ccbt.org) en 2013. Recibió el B.S. en educación de la Universidad del Sur de Illinois, el M.S. en administración educativa de la Universidad Estatal de Illinois, y la maestría en Estudios Bíblicos del Seminario Teológico de Dallas. Se ha desempeñado como maestro y administrador de una escuela pública antes de unirse a Probe y luego al CCBT. Es editor general de Kids, Classrooms y Contemporary Education.
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Introducción
Mateo 10:2-4 dice:
“Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó”.
Los cristianos tienen en gran estima (excluyendo a Judas Iscariote) a quienes Jesús llamó personalmente y caminaron con Él durante su ministerio en la tierra. Eso ocurre especialmente con los doce apóstoles. Las palabras griegas que se traducen como “apóstol” transmiten, en ambos casos, el concepto de despachar (apostolos) así como el de comisionar a una persona con autorización divina (apostello).
La idea de apostolado puede ser rastreado al concepto hebreo de un enviado. Esta institución judía habría sido conocida por Jesús, y está bien documentada en los escritos rabínicos, donde se refieren a “uno que ha sido autorizado a llevar a cabo ciertas funciones en nombre de otro”. Un adagio judío bien conocido es “el enviado de un hombre es como él mismo”.
Es interesante notar que Jesús llamó para sí a quienes Él quiso (Marcos 3:13, 14). No hubo voluntarios. Debían viajar, compartir los alimentos y vivir con Jesús, experimentando de primera mano su vida y su ministerio. Luego fueron enviados a proclamar que el reino de los cielos había llegado, y que ellos habían sido comisionados para actuar como los representantes de Jesús con su autoridad.
Encontramos listas de los Doce en cuatro lugares del Nuevo Testamento, y las comparaciones de las listas pueden revelar información importante acerca de los apóstoles. Pedro siempre aparece primero, y Judas Iscariote, último. Los doce discípulos son mencionados también en tres grupos de cuatro, donde los primeros cuatro siempre son Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Este grupo de cuatro apóstoles tuvo una relación especial con Cristo y será el foco de este artículo.
Otra perspectiva interesante de la constitución del grupo puede encontrarse en el proceso usado para reemplazar a Judas Iscariote luego de su muerte. El primer capítulo de Hechos indica que el reemplazante de Judas debía haber acompañado a los apóstoles desde el principio. En otras palabras, debía haber estado presente en el bautismo de Cristo por Juan y debía haberse quedado hasta ver la ascensión de Jesús al cielo. También se señaló que tenía que haber sido un testigo ocular de la resurrección.
Los apóstoles fueron testigos presenciales de la vida, las enseñanzas, los milagros y, finalmente, de la muerte y la resurrección de nuestro Señor. Esto era esencial para que ellos tuvieran un claro y preciso testimonio del Mesías.
En este artículo consideraremos el círculo interior de los apóstoles de Cristo: Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Veremos cómo Dios cambió la vida de estos hombres comunes para siempre.
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